Educación desde el trabajo en equipo

 ¡Buenas!

Ayer, día 13, hicimos en clase una actividad grupal con la que se buscaba resaltar la importancia del trabajo en equipo. Para ello, simulamos un centro y cada compañero hacía un papel: director, jefe de estudios, secretario, profesores, representante del Ayuntamiento, representante del P.A.S., profesores, padres y alumnos.

Los objetivos de la actividad eran:

  • La creación de un centro ficticio (con nombre incluido) público, concertado o privado.
  • Decidir si en el centro se impartía ESO, Bachillerato o ESO y Bachillerato.
  • Decidir si el centro se encontraba en terreno rural o urbano y en caso de ser urbano si céntrico o más a las afueras (barrios).
  • Decidir el concepto de educación de nuestro centro.
  • Decidir en consenso qué valores queríamos para nuestro centro ordenándolos en una tabla; qué conductas considerábamos más o menos aceptables y qué era lo que generaba discusión entre padres e hijos con más frecuencia.

Así, entre todos formamos el centro IES Teresa Oñate, una filósofa e intelectual española, teórica del pensamiento postmoderno y crítica de la cultura cuyas líneas de investigación son la postmodernidad filosófica y la ontología hermenéutica crítica. La elegimos tanto porque queríamos reivindicar el papel de la mujer como representante de nuestro centro como porque queríamos desligar la idea de que los institutos de una localidad solamente puedan tener nombre de alguien de esa ciudad (Teresa Oñate reside en Madrid).


El centro es público y está ubicado en Valladolid, en el barrio Arturo Eyries e imparte ESO y Bachillerato. Queríamos que nuestro centro fuese en la línea de su nombre por lo que la definición que construimos entre todos de la educación es la siguiente:

“Acompañamiento en el desarrollo integral del individuo; de manera que plantando la semilla del pensamiento crítico en los alumnos, logremos inculcar el respeto y la admiración por el conocimiento así como los valores sociales que fomentan el Docendo Discimus”.

Debido a los distintos papeles que teníamos cada uno, lo que hicimos fue llegar a un consenso entre los distintos grupos (centro: profesores, jefe de estudios y directiva; Ayuntamiento; padres y alumnos) y luego debatir entre todos qué era más importante. Así, los valores de los jóvenes que tomaron más relevancia fueron: la familia; los estudios, la formación y la competencia profesional; la vida moral digna; el tiempo libre/ocio y la salud.

En cuanto a lo que más aceptable y menos, todos coincidimos en que lo menos aceptable era el terrorismo y lo que más la libre decisión a la hora de tener un hijo, ya sea de manera autónoma de una mujer sin pareja estable o adopción de hijos por homosexuales o adultos sin relación estable.

Finalmente, todos coincidimos también en que la mayor causa de discusión entre padres e hijos son los estudios y lo que menos la religión.

De esta actividad me llevo el ambiente que creamos en el que todos teníamos cabida a la participación y el ver que todos tenemos unos intereses comunes que pueden llegar a ser esenciales en un futuro cuando ejerzamos como profesores.

¡Muchas gracias por leerme!

María.

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